Historia

Desde Palmacio hasta nuestros días.

Según cuenta la leyenda

Aquí vivió un tal Palmacio

Juntándose con sus animales y creando una comunidad en torno al río, aquél fue el primer y más honorable habitante de un lugar sobre el que descansan la flora y la fauna de la serranías.

Primero fueron los íberos

Se han encontrado enterramientos de la época íbera en varias zonas del término municipal. Durante la Edad de Hierro se producen asentamientos de nuevos pueblos en la provincia de Guadalajara. En los siglos VI y VII a.c. las sociedades celtibéricas al Norte del Tajo alcanzaron su auge. Aquí se asentaron los arévacos, un pueblo esencialmente ganadero.

Después los árabes,

Los musulmanes construyeron un conjunto de castillos y torreones, que se comunicaban entre sí para defenderse de las incursiones cristianas, la llamada Marca Media. Este es el origen del castillo de Inesques, que defendía el paso entre los valles de los ríos Salado y Cañamares. Según afirma el cronista Antonio Herrera Casado, otras construcciones fueron el castillo de la Riba de Santiuste y los torreones de Castilblanco y Pálmaces, del que se desconoce su ubicación actualmente. En el siglo X, la zona cobra cierta importancia, cuando Atienza se convierte en cuartel general del gobernador de la Marca Media, el general omeya Ġālib (fundador de Galve de Sorbe). En 946, el califa de Córdoba Abderraman III ordenó la reconstrucción de Medinaceli, que pasó a ser capital de la Marca Media.

En el siglo X...

Tras la reconquista de la zona en 1.086 por Alfonso VI, el territorio se organizó en Comunes de Villa y Tierra: un lugar fortificado que actuaba como cabecera de comarca y un conjunto de aldeas, algunas ya existentes y/o que fueron creadas para asentar a colonos venidos del norte del país. El Común de la Villa y Tierra de Atienza fue creado en 1.136 y se le dotó de fuero propio en 1.149. Tenía una extensión de 2.552 km², organizados en 6 administraciones (sexmos) y 131 aldeas. Pálmaces quedó incluido en el Sexmo del Bornova junto a 25 lugares más, entre ellos los vecinos Pinilla y Robledo.

Pálmaces aparece citada en el Libro de la Montería de Alfonso XI (año 1.350):

“La Cabeza de *Palmaces* es buen monte de puerco en tiempo de uvas et de la bellota. Et son las vocerias la una desde la Cueva fasta en par del Monesterio de Peniella por allende del rio, et la otra en el logar. Et es el armada en el rio entre la Cueva et Palmaces, en el armada del Salce”.

Pálmaces durante los siglos XV y XVI

La localidad cobró cierta importancia en los siglos XY y XVI ya que según el Archivo Histórico Nacional, Juan Gil y otros vecinos del lugar se enfrentaron a la villa de Atienza en el año 1.500 por la posesión de unos terrenos.
Cristianos viejos de Pálmaces (y por tanto muy respetados en la comarca) fueron llamados a declarar como testigos en el proceso que la Inquisición siguió, entre 1.518 y 1.522 en Cogolludo, contra Pedro de Villareal y dos mujeres de su familia, acusados de judíos y respetar el sabbat. Años más tarde, en 1.578, vecinos de la localidad se atreven a pleitear con Jadraque y Torremocha por unas tierras.

Las Relaciones Topográficas de Felipe II, (respuestas a un cuestionario de 57 preguntas a vecinos significativos del lugar, ordenado por El Rey para recaudar impuestos con los que sufragar sus guerras) dibujan a Pálmaces en esta época.

Las Respuestas Generales de la aldea dePalmazesse conservan y están digitalizadas

Se realizó el 10 de agosto. Comparecen ante los enviados de la Corte los alcaldes Juan Pérez y Diego Bodega, el regidor Juan Bermejo, el fiel de fechos Gregorio Molinero y los vecinos Juan Francisco Sanchez, Juan Hidalgo, Agustin Somolinos y Roque García nombrados por su Concejo como expertos, a los que se toma juramento. Y el párroco D. Rafael Garcia.

Aparecieron los carlistas

No hay constancia de que las contiendas entre absolutistas y liberales durante el reinado de Fernando VII afectaran a estas tierras. Si lo hicieron las Guerras Carlistas, sobre todo la primera (1.833-39), cuando las tropas de los Generales Carlistas Gómez y Sanz pasaron por la provincia de Guadalajara con algunos abusos y alborotos.

Esto explicaría la nota que figura en el Cuaderno Duplicado de Actas de nacimientos "el original y otros los quemaron los carlistas". Documento que se conserva en el Ayuntamiento y que recoge los nacimientos desde 1.871

Finales del Siglo XX

Merece la pena resaltar que en 1.846, Pálmaces ya tenía escuela, regida por el sacristán como era habitual en la época. Hemos encontrado el expediente de jubilación, fechado en 1.902, del maestro D. Policarpo de la Torre Bartolomé. Desconocemos en que fecha se incorporó y/o pasó a depender de la Administración con sueldo (su viuda reclamó en 1.910 una pensión de viudedad al Estado).

Las primeras décadas del S.XX transcurrieron como en los últimos años del siglo XIX. La población creció hasta llegar a los 514 habitantes en 1.920 y luego se mantuvo estable.

La llegada del pantano

Su construcción comenzó en los años 30 pero se paralizó con la Guerra Civil; las obras se reanudaron en la posguerra. En la obra intervinieron presos a los que quedaba poca condena, que redimían pena con trabajos forzosos. Aquí hubo un batallón de 80 hombres que se alojaban en barracones a pie de obra y vivían en un régimen de semi-libertad. Fue inaugurado por Franco el 5 de julio de 1.954 y el acto apareció en el NODO, de ahí que se conserve testimonio gráfico (aunque con algunos errores de peso).

Con el tiempo los propios vecinos descubren que el pantano ofrece oportunidades de ocio. Así nace en 1.973 la Travesía a Nado y poco después (en 1.989) el Triatlón de Pálmaces, que se ha consolidado como una de las pruebas deportivas más importantes de España. Algunos años estas competiciones no se celebraron por la escasez de agua en el embalse o el mal estado de la carretera. Si bien la gente del lugar se bañaba en el pantano, como antes lo hacía en las pozas del Cañamares (cuando las había), una iniciativa del Ayuntamiento consiguió que el Ministerio de Medio Ambiente en junio de 2.010, otorgase permiso para habilitar una zona de baño, desde el 1 de junio hasta el 15 de septiembre.

El pueblo al que volver

Durante la despoblación hubo unos años de abandono hasta mediados de los ochenta, cuando los hijos de la tierra comienzan a regresar a su lugar de origen para pasar el fin de semana o las vacaciones. En ese tiempo se reconstruyen y modernizan las casas familiares, el pueblo renace y se recuperan las fiestas. Muchos jubilados se animan a volver para pasar largas temporadas, cuidando del huerto y compartiendo recuerdos... algunos de forma definitiva.

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